lunes, 18 de febrero de 2013

CUENTOS Y MAS CUENTOS


Para mí un plan ideal para pasar una tarde es una buena lectura, una copita de vino y chocolate... Silencio sepulcral en mi salón y la lamparita encendida, sin prisas y hasta que los ojos no me dejen seguir de puuuro cansancio. Ahora esos momentazos están complicados, pero algún día papi coge al chiquitillo, se van juntos, me prepara la mantita y la lámpara y me dice: "Descansa!!!! No te vayas a poner a hacer nada". Es algo que necesito, leer, leer...
 
Si algo tenía claro es que quería ofrecerle a mi hijo ese regalo que nos dan las historias escritas, esos mundos que no existirían sin los libros. Durante la espera llené su cuarto de cuentos maravillosos, comprados, regalados,... Poco a poco iban llenando los estantes.
 
Los primeros meses mi hijo los cogía veíamos las imágenes, les enseñaba los nombres de lo que allí aparecía,... Mostraba curiosidad.
 
Dawit no tardó apenas en empezar a hablar. El tenía y tiene una especial fascinación por la luna, practicamente sé en que fase está durante todo el mes y desde que ventana de la casa la podemos ver. El ya sabe que si está muy flaquita hay que ir a la ventana del cuarto de los papás, pero cuando se pone muuuy gordita aparece en su ventana velando sus sueño,s para luego desaparecer porque cuando mengua no la podemos ver sin salir a la calle.... Hemos llegado a la conclusión de que se pone en el tejado... jeje.
 
Una noche, a los pocos meses de llegar, su papá estaba de viaje, era la hora de acostarse, fuimos a darle las buenas noches a la luna, que estaba llena y nos sentamos en el suelo de su habitación a verla. La tapaba una nube y estuvimos ensimismados hasta que esta pasó. En esos momentos cogí un cuento, le pregunté que si quería que se lo leyera, era: "A que sabe la luna". Se acostó en la cama y me senté al lado de él, se lo fuí narrando con palabras que el entendiese porque aún llevaba poco tiempo aquí. Conforme avanzaba el cuento, lo miraba y sentía en lo más profundo de mí que ese momento era de los más mágicos que la vida me había regalado. Sus ojitos estaban brillantes y expectantes, su boquita abierta y asintiendo con cada cosa que le contaba. Cuando acabé me besó y me dijo:"Te quero mamá". Creí morir de amor en ese instante. Lo llené de besos y desde ese día y sin faltar ni uno, la noche es nuestro momento, ya sea con papá o con mamá. Antes de irse a la cama elige su cuento, (bueno, ahora son tres), su cuerpo se relaja, se duerme con una sonrisa en la boca y sé que estos recuerdos se quedarán en su cabecita para siempre.
 
Hay temporadas que sólo quiere leer los mismos, como decimos su padre y yo tiene su lista de principales, van variando, pero los fijos que se sabe ya de memoria están ahí. Ultimamente el que no falla es "Una casita a la medida". Se viene a la cama cada noche, los otros dos van variando.
 
Os dejo aquí algunos de los que leemos, parte de nuestros tesoros:
 
Con el tema luna:
 
- A que sabe la luna, de la editorial Kalandraka. Es precioso. Con este cuento hice las figuras de los animales en cartulinas fosforitas, la idea la saqué de este impresionante e imprescindible blog: "Para mi peque con amor". Con esta sencilla idea aprendió muy pronto nombre de animales, el concepto de encima, debajo, sabores... A que sabrá la luna: salada como el queso, las patatas, la pizza... o dulce como el chocolate, el bizcocho... A que le supo al elefante? ... Lo maravilloso de los cuentos es que te dan mil recursos para que aprendan jugando.
 
- Coco y la luna, de Kokinos. También estuvo una buena temporada acompañándonos cada noche.
 
- Papá, por favor consígueme la luna. Editorial Kokinos. El autor es Eric Carlé, de mis favoritos. Con este cuento podemos enseñarle las distintas fases de la luna.
 
Para hablar de las diferencias me gustan mucho:
 
- Elmer, un elefante de colores que quiere ser gris como los demás elefantes.
- El cazo de Lorenzo. Este libro es maravilloso. A Dawit todavía le cuesta entenderlo, pero lo elige muchas noches. Es un cuento que nos acompañará muchos años. Ese pequeño cazo que acompaña a Lorenzo a todas partes pueda representar muchas cosas.
- Por cuatro esquinitas de nada. Es sencillo de leer y lindísimo.
 
Hace un par de semanas compramos también el de Niña Bonita, de Ediciones Ekaré. La niña bonita es negra como la noche y un conejito blanco quiere ser como esa niña tan bonita. Me lo pidió Dawit cuando se lo enseñé por internet. Quería ese cuento porque la niña era como él. Las ilustraciones son maravillosas y me ha permitido hablarle algo más de sus orígenes, cosa que hasta el momento no quería. De momento no pregunta, sólo escucha, ya me sorprenderá uno de estos días.
 
Otros:
 
- Los siete cabritos, de Oqo. El tema lobo a mi hijo le encanta, este cuento se lo sabe de memoria, es impresionante.
 
- Barbillas y cosquillas, de Edelvives. Se lo compré estas Navidades y nos encanta. Nos hinchamos de reir. Es maravilloso.
 
Hay muchos, muchos más.... Tendremos más de 80 cuentos!! Poco a poco os contaré. Me parece de los mejores regalos que les podemos dar a nuestros hijos. El placer de imaginar, de soñar.
 

4 comentarios:

Samaiaui dijo...

Que momentos tan mágicos pasamos con nuestros peques...
Me encanta.
Mi peque también me pedía los mismos, y todavía hoy, a sus 12 años...ya no leemos cuentos claro, pero el momento de charlas de sus cosas ha quedado instaurado.
Ojalá nos dure mucho, por que la adolescencia está asomando y ya se sabe que a veces se guardan todo para ellos y sus colegas.

Bueno, me apunto el de Elmer y Niña bonita, que creo que estarán muy bien por lo que comentas.

gracias por seguir con el blog y contarnos como disfruta tu peque.

un beso

Sandra dijo...

Me los apunto, gracias por contar y compartir esos momentos. Un beso!

Lidia dijo...

Muchas gracias por tu hermoso relato y por las recomendaciones de las que tomo nota.
Bicos.

Lidia dijo...

Muchas gracias por tu hermoso relato y por las recomendaciones de las que tomo nota.
Bicos.